ROCE ESTÁTICO Y ROCE DINÁMICO O CINÉTICO
Imaginemos la siguiente situación: tratamos de arrastrar un gran sillón sobre un piso de madera, pero en nuestro primer intento, la fuerza que aplicamos al empujar no es suficiente para mover el sillón ni un milímetro. Lo intentamos nuevamente, aplicando una fuerza mayor, pero aún así, el sillón no se arrastra. Por fin, nos ayuda a empujar otra persona y esta vez sí logramos desplazar el mueble. Sin embargo, notamos que después de que el movimiento empieza, no necesitamos ayuda para empujar el sillón, ya que la fuerza que ejercemos es suficiente para mantenerlo en movimiento. En cualquiera de los casos mencionados, aplicamos fuerza contra el roce que actúa entre las superficies en contacto del sillón y del suelo. Sin embargo, observamos una diferencia significativa: para sacar al sillón de su estado de reposo se requiere una fuerza mayor que para mantenerlo en movimiento. En general, esta situación se puede modelar haciendo la distinción entre un roce estático y un roce cinético.
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